por [Review] Toyota RAV4 2020, o cómo es manejar un híbrido en Argentina
agosto 6, 2019 en Pruebas por Mauro Osorio
La nueva Toyota RAV4 2020 es un fiel exponente de lo que se viene en la industria automotriz, con vehículos más eficientes gracias a su sistema híbrido de motor naftero más baterías y motor eléctrico.
Una de las sensaciones que siempre me acompañaron desde que manejo es la de escasez. A menos que uno tenga mucho dinero o viva en un emirato petrolero, manejar es también ver cómo, inevitablemente, la aguja de combustible baja a medida que avanzamos. La ansiada libertad de manejar nunca es total.
Para peor, el futuro eléctrico no sólo no nos libera de esta limitación, sino que aumenta la ansiedad. Como con los celulares, la batería siempre tiene menos de lo que queremos pero encontrar un cargador es aún más difícil.
Por suerte hay algo en el medio. Gracias a una normativa del gobierno de Mauricio Macri, en Argentina ahora hay descuentos arancelarios importantes para los autos llamados verdes. Esto incluye a los híbridos, que son los que combinan un motor térmico con uno eléctrico.
El efecto ecológico de esta medida es prácticamente inexistente. En el mejor de los casos se venderían 6 mil autos en tres años, una gota de agua en el desierto. Pero lo cierto es que por algún lado hay que empezar y la medida ayuda a que las marcas se dispongan a trabajar en eso. No sólo es importar un auto: hay que capacitar a mecánicos de todo el país en una nueva tecnología.
Las automotrices rápidamente reaccionaron y anunciaron varios lanzamientos, con los híbridos como target. Es que este tipo de vehículos no necesita de la infraestructura que sí requieren los eléctricos, con estaciones de carga rápida pública o domiciliaria.
Para el consumidor, la medida implica saltearse varios pueblos en lo que hace tecnología. Un vehículo híbrido traído directamente de Japón como esta RAV4 2020 paga 5% de arancel extra Mercosur, mientras que cualquier otro vehículo paga 35%. Uno puede ir a un concesionario de Córdoba y pedir el mismo vehículo que se vende en Los Angeles o Berlin, por un precio cuanto menos razonable.
Toyota RAV4 2020 Hybrid Limited 4×2
- Origen: Japón
- Precio: US$ 45.800 (desde US$ 41.100)
- Garantía: 5 años o 150 mil kilómetros transferible, 8 años para el sistema eléctrico
Por gentileza del concesionario Centro Motor, pude manejar una unidad de la nueva RAV4 recién lanzada en Argentina en su versión de mayor equipamiento (Limited). En realidad son tres las versiones y todas son híbridas: la 4×2 más básica que sale US$ 41.100; ésta que se distingue por sus sistemas ayudas a la conducción; y la Limited con tracción en las cuatro ruedas, cuya presencia en el mercado es más bien testimonial. Sale US$ 56.200 y Toyota ha importado muy pocas unidades.
Es decir, en la práctica hay dos, las dos híbridas con caja automática y tracción delantera, pero una con mayor equipamiento. Si vale o no la pena la pena pagara los 4.700 dólares de diferencia es algo que el lector deberá dilucidar por sí mismo después de leer esta review.
Por fuera
Voy a detenerme lo menos posible en el diseño de la nueva RAV4 porque me parece los menos interesante. Es más amplia y robusta que su antecesora, gracias a sus líneas bien cuadradas y filosas. No tiene casi curvas que denoten un estilo orgánico: es como un edificio diseñado por un ingeniero.
Se la ve muy moderna y llama la atención, aunque quizás se deba a la novedad. La RAV4, al igual que la Honda CR-V, es un vehículo muy conocido y querido por los argentinos, símbolo de lo aspiracional allá por los años noventa. La gente la ve en la calle y se queda mirándola: ¿así es ahora la RAV?
El diseño sigue el nuevo testamento de esta época, donde los SUVs son la moda: parrilla grande octogonal y bien vertical, capó lo más horizontal posible, líneas angulosas, pasos de rueda bien cuadrados y techo con algo de inclinación hacia la parte posterior, si es posible con el pilar D algo camuflado en pintura negra.
El capó bien horizontal y la parrilla bien vertical. Ataras el parante D se lleva toda la atención con un remate interesante. La pequeña línea negra de la sensación de un techo flotante.
En general el diseño me gustó, no desentona, aunque se le podría pedir un poco más de originalidad como en la CH-R. Esta es una propuesta bien familiar, pensada para agradar a todos con un diseño muy a la moda. Le está yendo bien a Toyota con esta nueva RAV4, sobre todo en los Estados Unidos, lo que justifica las elecciones estéticas.
Por dentro
La RAV4 es un vehículo muy agradable de habitar, cómodo, espacioso, bien distribuido y de buena ergonomía general. La calidad de terminación es japonesa, muy lograda, teniendo en cuenta que, a nivel mundial, este no es un auto de lujo sino uno masivo. Para el estándar de Argentina, eso quiere decir varios escalones arriba de la mayoría.
Tienen materiales blandos en la mayoría de las zonas que quedan a mano, los tapizados se sienten bien y encontrar una posición de manejo correcta es tarea fácil, ya que cuenta con regulación eléctrica de los asientos, con dos memorias preseteables. El volante también se regula y la visibilidad general es muy buena, con el agregado de cámara de retroceso con guías que se mueven con la dirección.
Todo está donde debe estar y se siente muy bien al tacto. No dan ganas de bajarse.
El diseño de todo el layout es muy anatómico, es fácil encontrar las cosas porque todo está donde debe estar. Visualmente, la pantalla parece algo grotesca ahí, como si la hubiesen agregado después de diseñar el resto. De todas maneras se ve bien, tiene botones físicos, no es necesario desviar demasiado la mirada y la resolución es correcta.
Una curiosidad: Toyota sigue sin ofrecer Android Auto-Apple CarPlay en la mayoría de sus productos, pero en esta RAV4 el mapa del GPS es de Google. La comunicación conductor-sistema podría ser mejor, ya que los comandos por voz no incluyen a la navegación.
Atrás el espacio es muy cómodo para dos personas y tres se las arreglan bien, con respaldo reclinable y abatible 60/40. El techo solar doble es un plus de la versión Limited y se siente muy bien.
Atrás también hay mucho espacio y el baúl es generoso, con un auxilio de igual tamaño en el interior y un respaldo trasero que se puede reclinar más o menos de acuerdo a las necesidades de espacio. En cuanto a habitabilidad, esta RAV4 se lleva la máxima nota. Sólo se le podría pedir una toma USB para los asientos traseros, pero posee toma de 12V.
El baúl tiene enormes 733 litros, un auxilio de igual tamaño, una red al costado, ganchos para sujetar cargas y cobertor corredizo para que no se vea lo que hay adentro. Ah, y la tapa se abre eléctricamente pasando el pie por debajo del escape izquierdo. 10 puntos sobresaliente.
En cuanto a equipamiento, toda la seguridad viene de serie (7 airbags, control de tracción y estabilidad, entre otras cosas) menos el pack Toyota Safety Sense, que se explica en el video de abajo y que incluye luces altas automáticas, sistema de pre colisión frontal, alerta por cambio de carril y control de velocidad crucero adaptativo.
La RAV4 se sacó la máxima nota posible en seguridad en LatinNCAP.
En confort, de serie es muy completa pero esta versión agrega algunos highlights como el techo, tapizados de cuero, los asientos eléctricos y calefaccionados, el display de 7″ (de serie es de 4,2″) o la apertura eléctrica del baúl. Las llantas, en tanto, son de 17″ de serie y de 18″ en esta versión. Las excelentes luces bi-LED son de serie e iluminan de manera extraordinaria.
Es decir, por US$ 41.100 se obtiene un vehículo híbrido de más de 200 CV sumamente cómodo y bien equipado. Por 4.700 dólares más hay algunos lujos interesantes pero no fundamentales.
En marcha
Lo mejor viene ahora. El sistema híbrido de esta RAV4 ha mejorado enormemente respecto al Prius anterior (al nuevo no lo manejé) y el auto hace todo bien sin intervención del conductor. El funcionamiento del sistema se explica en este video:
Básicamente es un motor naftero 2.5 de ciclo Atkinson de 175 CV (16V, cadena de distribución, variación inteligente de válvulas de admisión y escape) combinado con uno eléctrico de 118 CV y baterías de níquel-metal (no son de litio). La potencia combinada es de 218 CV y la caja automática de tipo CVT con tracción delantera.
Manejar un híbrido no requiere ninguna habilidad extra porque es sistema hace todo solo. Pero, en cierta medida, es una experiencia distinta: toda la energía que un auto tradicional desperdicia al desacelerar, el híbrido la recupera y la guarda en la batería. Los autos consumen mucho en ciudad porque cada vez que frenamos, el motor debe usar mucha fuerza para vencer la inercia de su masa. El híbrido usa la energía recuperada del frenaje para mover el auto parado.
Esto, que parece sencillo, es muy complejo, pero la sensación que uno tiene es que hace tiempo la industria automotriz debería habernos ofrecido algo así. No es racional que toda la energía del frenado se desperdicie y que el 75% de nuestro combustible se pierda sin llegar a las ruedas.
Aquí hay que decir que la pantallita que muestra todo el tiempo cómo está funcionando el sistema es tan buena como peligrosa, porque uno se vuelve adicto a mirarla. Si uno se obsesiona con el funcionamiento de los motores y la recuperación, puede lograr consumos en ciudad de menos de 4 litros cada 100 kilómetros.
En este sentido, donde más consume es en una ruta recta sin bajadas que permitan recuperación. En ese escenario y dependiendo de la velocidad, puede consumir entre 5 y 7,5 litros cada 100 km, yendo a velocidades ilegales.
Lo feo de esta RAV4 es bajarse y subirse a un auto tradicional. Confieso que seguí desacelerando para cargar las inexistentes baterías de mi motor 8 válvulas por varios kilómetros.
La pantalla que nos cuenta en todo momento si el sistema eléctrico mueve las ruedas o si las ruedas están cargando las baterías. Es adictivo.
Respecto a la dinámica, es un vehículo pesado y alto como todos los SUVs (1.700 kg para esta versión), que se mueve muy bien con los 218 CV y el modo Sport realmente le pone pimienta al asunto. Si bien técnicamente es un SUV, lo más correcto sería llamarlo crossover urbano, ya que sus capacidad off-road son bien limitas.
La puesta a punto de la suspensión es bien a la americana: más confort que desempeño en curva, donde suele perder un poco la trayectoria (sobre todo el eje trasero) si doblamos muy fuerte. De nuevo: es un auto pesado y alto, pensado para pasear en familia o con amigos.
Tiene suspensión independiente en el eje trasero, lo que ayuda al confort, y dirección con asistencia eléctrica muy bien seteada y un radio de giro de razonables 5,9 metros. Frena bien, con discos en las ruedas de atrás. El tanque carga 55 litros de nafta súper, lo que le da excelente autonomía.
Hace el 0 a 100 km/h en sólo 8,4 segundos y tiene una velocidad máxima de alrededor de 190 km/h. Las recuperaciones son excelentes, lo que permite viajar a buena velocidad y en forma segura a la hora de los sobrepasos.
Legando
La nueva RAV4 nos permite asomarnos al futuro aquí y ahora. Es un claro ejemplo de lo que la industria tiene para ofrecer, en una auto masivo (es el tercer vehículo más vendido del mundo en primer semestre de 2019) con tecnología de Fórmula 1. Sí, es un poco exagerada la comparación, pero no deja de ser cierto.
La tecnología híbrida es totalmente nueva en Argentina y habrá quienes duden -no sin razón- de su durabilidad en el tiempo, ya que es un sistema bastante más complejo. Por eso Toyota extendió la garantía a 8 años para la parte eléctrica.
No es un auto barato pero tampoco está fuera de mercado para todo lo que ofrece. Los US$ 41.100 de la versión de entrada se equiparan con una versión media de una Hyundai Tucson, la líder del segmento. La RAV Hybrid tiene más potencia y consume mucho menos.
Los rumores dicen que Toyota tiene casi todo el primer lote que trajo de Japón sold out y que ya hay listas de espera No sé si es cierto, pero no me extrañaría.
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